miércoles, 19 de agosto de 2009

Historia de la Iglesia de Cinquera

La iglesia de Cinquera fue construida aproximadamente hace 118 años allá por el año de 1900. Y no fue una construcción tradicional, hasta hoy día, las grandes construcciones monumentales están bajo la tinta y escuadra de reconocidos arquitectos; pues, el caso de la Iglesia de Cinquera, se fue construyendo poco a poco. Con esfuerzo de la población... Un día un buen albañil visitó el Municipio de Cinquera el cual permanecía inerte, sin que nadie supiese de él, pues este albañil, fue contratado por los laicos y religiosos de la época para que trabajara en la construcción de dicha iglesia. Su apellido era Barraza, y mucho tiempo después se origino una gran descendencia a través de él, pues bien les decía que Barraza llegó a Cinquera... Y junto a la mayoría de la población construyó la Iglesia colonial de Cinquera, que más tarde por la década de los ochenta la guardia y el batallón Atlacalt se encargaría de ruirlas. Barraza poseía una excelente mano para el trabajo artesanal, utilizo una de las técnicas más antiguas para su construcción y más aún utilizo, lo que todo mundo podía hacer, la técnica heredada de nuestros antepasados y legítimos dueños de América. Si utilizó la técnica de elaboración de adobe para sembrar sus cimientos de paredes en relleno de piedras.

Un historiador de la zona originario de Cinquera, Pablo Alvarenga. Recuerda claramente lo que su abuelo le contaba, que para trasladar los pilares de la iglesia, construidos con puro corazón de copinol…
Unos pilares que aún se conservan en ruinas, los campesinos originarios de Cinquera junto a Barraza tuvieron que trasladarlos desde el caserío La Cruz ubicado en el Cantón San Benito del Municipio de Cinquera a unos 41/2km del casco urbano del municipio, fronterizo ya con el Municipio de Tenancingo en el Departamento de Cuscatlán.
Estos pilares que median entre 10 y 12 metros de largo por unos 40 a 50 cm de ancho, requerían un esfuerzo grande para trasladarlos hasta el casco urbano, donde claro construirían la Iglesia, los cuales servirían para sostener el techo. Pablo Alvarenga recuerda de palabras de su abuelo, que eran alrededor de 8 hombres los que tenían que medir sus fuerzas para sostener y avanzar con el pilar en el hombro, por un camino estrecho y dificultoso, que durante todo su trayecto se encuentran laderas, barrancos prolongados, entre barro y lodo etc. Tenían que tener buen cálculo para marcar el paso con seguridad y no caer, originado esto el desequilibrio en el grupo de cargadores. Incluso había algunos trazos del camino en el que tenían que raspar sus mejillas con la ladera, originando que todos los hombres y mujeres que trabajaron en el traslado de los pilares llegaran al parque central de Cinquera con un aspecto en su rostro y cuerpo maltratado entre lodo, piel y sudor.
Así fue el traslado de los pilares construidos artesanalmente por Barraza y los pobladores a puro machete, compas, escuadras, escoplos y de puro corazón de copinol, trasladaron entre 15 a 20 pilares. Los cuales requirieron el mismo esfuerzo de parte de los pobladores de Cinquera.
Luego vino la construcción de los adobes, estos con menos esfuerzo. Pero no menos importantes, pues se construyo alrededor de unos 600m2 de pared, la cual se construyo en pared de adobe de Trinchera (adobes entrelazos y compactados unos con otros).
Luego vino la construcción del techo, que contenía una viga cumbrera de laurel la cual se podía ver con un color esplendido y mostraba una fijeza incalculable. Y poseía una serie de vigas grandes que median unos 7 a 8 metros, que servían para sostener los cuartones de madera fina, para colocar entre 10, 000 a 11, 000 tejas de barro orneado. Una vez construido el techo vino el trabajo de acabado, el repello de las paredes con tierra blanca y cal, también la puesta del piso con ladrillo artesanal…
En el año de 1949 se construyó la torre de la Iglesia, para ese tiempo ya la iglesia funcionaba y tenía la visita de un sacerdote, el cual estaba asignado en la parroquia del Municipio de Tejutepeque en el departamento de Cabañas, Tejutepeque se encuentra a 11 kilómetros de Cinquera y el sacerdote tenía que recorrerlos a través de una calle angosta y de piedra. La Iglesia de Cinquera siempre ha estado dirigida por la parroquia del municipio de Tejutepeque eso es así hasta la fecha.
En la década de los 60s, un párroco asignado en la parroquia de Tejutepeque Jaime visitaba la iglesia de Cinquera todos los domingos para celebrar la misa, luego de terminar la misa y visitar uno que otro enfermo del municipio se regresaba a Tejutepeque (de igual manera en la actualidad).